Resiliencia, el arte de soportar el hastío


Ser feliz se ha convertido un objetivo personal de muchos, incluso de los propios paise, como Dubai, que tiene un 'Ministerio de la felicidad', dedicado a ejecutar la pseudo ciencia de la psicología positivista, que esgrima el mindfulness como uno de sus principales métodos aplicados en la psique humana. 

Si la felicidad ha llegado a tener el protagonismo que hoy tiene es porque se ha mostrado especialmente útil para reavivar, legitimar y reinstitucionalizar el individualismo en términos aparentemente no ideológicos gracias a su discurso científico. (...) La felicidad ya no es un simple objetivo o un eslogan publicitario que acompaña a otros productos para atraer al comprador con experiencias efímeras de placer, alegría o evasión. Al contrario, la felicidad se ha convertido ella misma en el producto fetiche de una industria mundial y multibillonaria que gira en torno a la oferta y la demanda de un amplio catálogo de mercancías emocionales; servicios, terapias y productos manufacturados y consumidos como técnicas científicas para la gestión de los afectos con el fin de efectuar un cierto tipo de transformación psicológica y persona. [1]

Desde que nos levantamos, lo primero que buscamos es tomar una taza de café para estimularnos, o vemos el teléfono, o ponemos nuestra canción favorita; otros buscan un fármaco prescrito por un profesional, o consumen sustancias psicodélicas, lo importante para muchos, es estimularse de una u otra manera, y los estimulantes dan esta sensación de felicidad artificial, por eso son bastante demandados por la sociedad. 

Mindfulness: la atención consciente del presente, que promueve la psicología positivista, es en sí ya una industria  que mueve miles de millones de dolares, y ha enriquecido a muchos profesionales de la psicología, ya que empresarios consideran esencial para lograr que sus trabajadores sean lo más eficientes posibles, así sacar su máximo potencial. 

Cuál es la naturaleza del efectivo funcionamiento del ser humano.[2]

Todo este tema nos lleva a una de las incógnitas más grandes de la filosofía  《 ¿Quién soy yo? 》. Muchas personas pasarán por esta vida sin saber quienes son, y es un hecho trágico de la vida misma, pues solo saben reconocer las sombras que le persiguen, y se identifica a sí mismo como estas. Parte del problema en reconocer quienes somos realmente, radica en « ser conscientes ». Asumimos en primer lugar que somos conscientes, porque creemos tener la capacidad de generar pensamientos, y no logramos diferenciar los pseudo pensamientos, o no queremos aceptar que es todo lo que tenemos a disposición para desenvolvernos en nuestro dia a día. Hace un tiempo publique un tema titulado 'Los autómatas de la ciudad industrial', donde trate de ahondar lo más posible en el tema de la consciencia humana y los pseudo pensamientos. 

La barrera más grande para ser conscientes es la creencia de que ya somos conscientes. La consciencia tiene diferentes grados que pueden observarse y medirse. En primer lugar está la duración: por cuánto tiempo uno puede ser consciente. Segundo, su frecuencia de aparición: ¿con qué frecuencia uno está consciente. Y en tercer lugar, que tanto y con que profundidad uno puede estar consciente. La frecuencia y duración de los momentos de consciencia de sí dependen del control que tenemos sobre nosotros mismos. [3]

El problema fundamental de la psicología positivista y sus métodos de entendimiento de la psique humana, es que utilizan una herramienta vaga, que es el 'autoconcepto', para definir el ser, dentro y fuera de las propiedades físicas medibles. El autoconcepto lo que asumimos de nuestro yo, es decir, nuestras sombras, es decir nuestras creencias, que se vuelven axiomas irrefutables, e incuestionables, porque si una persona asume su 'yo' sin alcanzar un nivel de conciencia profundo, básicamente esta repitiendo todo los enunciados genéricos socialmente aceptados, es un ser genérico, mecánico, de limitado entendimiento propio. 

AUTOCONCEPTO

La primera vez que escuche el término 'Resiliencia', fue cuando el doctor Oscar Morales, quien atiende sala covid en el Hospital Nacional de Jutiapa, dijo que los médicos han demostrado ser 'resilientes', al aguantar las jornadas de trabajo dentro de dichas salas, que como hemos escuchado, son ahora uno de los lugares de trabajo más peligrosos y estresantes, ya que deben lidiar diariamente con enfermos graves y muertos, ver cadáveres acumulandose en la morge, lo que genera una perspectiva de vida diferente a la del ciudadano común. Desde ese punto de vista, una persona resiliente es por ejemplo un médico forense que en su día a día, durante toda su existencia profesional, en jornadas completas de trabajo destaza cuerpo humanos que han sido mutilados, por muerte violenta, intoxicados, atropellados, o por muerte natural; y disecciona esos cuerpos, uno tras otro, emite informes de la causa de muerte, guarda esos cuerpos en la bodega, y regresa a casa a cenar, duerme, y al día siguiente repite la tarea, y es así el resto de sus días, sin que esto afecte en apariencia su estado de ánimo, o psique humana. 


EL DOLOR ES INEVITABLE, EL SUFRIMIENTO OPCIONAL

Nosotros el ciudadano común, vivimos en ciudades ruidosas, contaminadas, violentas, estresantes, con tráfico perenne; en una sociedad enferma que utiliza la violencia y guerra como medio de comunicación y solución de problemas, llena de drogas, fármacos, sustancias psicodélicas; estamos acostumbrados a escuchar una cifra diaria de muertos de covid, una cifra de muertos de accidentes de transito, una cifra de muertos de violencia, y la vida así se vuelve una cifra, un número que poco a poco deja de tener importancia, media vez no seamos nosotros o los nuestros, da igual. Estamos acostumbrados a que el Estado no nos cumpla sus objetivos principales y razón de existencia, por eso vivimos en una sociedad que no tiene cobertura de salud, educación, con pocas oportunidades laborales, donde más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza y hambre, por lo que deben salir del país y migrar a otro para subsistir. Estamos acostumbrados a que delincuentes nos asalten, extorsionen, secuestren, mutilen; estamos acostumbrados a que narcotraficantes, matones, corruptos sean alcaldes, diputados, y hasta presidentes, personas que representan el clamor de la mayoría de la población, que representan de la materia que esta hecha esta sociedad en la que vivimos; estamos acostumbrados a tener varios trabajos, de largas agotadoras horas laborales y mal pagadas que no nos proveen una calidad de vida digna, solo lo suficiente para ir sobreviviendo. Se supone que debemos tolerar —hastío—toda esta enajenación constante, esta subyugación, servidumbre, sin caer en la locura; debemos tolerar este mal sano ambiente sin caer en el suicidio, y allí aparece este método psicológico construido por la industria económica, llamado 'Resiliencia', que se supone hace que todo eso que mencione antes, nos deslice y no logre derribarnos, alcanzar el ser, es decir, deshumanizarnos y volvernos hombres-máquina, que son funcionales y es lo único importante para la mayoría: no vivir, sino sobrevivir.


La vida siempre provoca malestar. ¿De modo que está desazón, estas ganas de huir a ningún lado, este aburrimiento de la gente, y aún de las cosas amadas, este malhumor matinal, es al fin de cuentas, la vida?. Tal vez las enfermedades mentales son una respuesta natural a una sociedad desquiciada. 
~ Sigmund Freud.

______

  1. Edgar Cabanas y Eva Illouz. 'Happycracia'(2018). P.55,109
  2. Kennon M. Sheldon y Laura King, «Why Positive Psychology Is Necessary», American Psychologist, vol. 56, n.º 3, 2001, págs. 216-217
  3. P.D. Ouspensky. 'Tertium Organum: El tercer canon del pensamiento'(1920). p.79
- - -
Publicación relacionada

Comentarios

Más vistos

Lo mejor del año 2024

Películas, series, documentales del 2024

Festivales de ventas en las calles de Jutiapa